La oración en nuestro matrimonio ha sido clave para fortalecer y hacer madurar nuestra unión. Por la gracia de Dios llevamos más de 20 años casados. Y la oración juntos ha sido la llave para una relación centrada en Dios, llena de amor, humildad y compañerismo.

Aunque te cuento que no siempre ha sido así, en muchas ocasiones nos vimos debilitados por no ponernos de acuerdo, y aun permitimos que el enemigo entrara con enemistad entre nosotros. Los primeros años de matrimonio, en ese ajuste para empezar un proyecto de vida, aprendimos que la oración es nuestro lugar de refugio y solo en Dios hallamos la salida y protección para nuestras vidas.

Se que en ocasiones es difícil orar juntos, quizás apenas oran juntos para dar gracias por los alimentos, o solo reconocen la importancia de la oración, pero no han logrado establecerla como una hábito saludable. Por eso creo la importancia de activar la oración como un arma poderosa para vencer en la familia, y Dios como Padre siempre nos da nuevas oportunidades para crecer y acercarnos a Él.

Imagina por un momento que con tu  pareja enfrentan un desafío financiero. En lugar de caer en la desesperación o en discusiones sin sentido, deciden tomarse de la mano y elevar juntos una oración. En ese momento, no solo entregan su carga a Dios, sino que también se fortalecen mutuamente en fe y amor. La oración los une, los serena y les recuerda que no están solos, y de manera sobrenatural viene la salida con respuestas al problema.

La oración no solo es para problemas, sino para edificación y construcción de la vida del matrimonio para que nos ayude a madurar y hacer perdurar este pacto eterno con el diseño de Dios.

La oración en tu matrimonio  es un espacio donde se unen mente, corazón y espíritu, en amor y fe, construyendo un matrimonio sólido sobre la Roca que es Cristo.

Cual son los engaños mentirosos a los que no enfrentamos y vencemos, quizas tu tambien los identificas, y te decimos cómo vencerlos:

Derriben los mitos que impiden la oración juntos y hagan cambios prácticos:

Mito 1: «Orar juntos es incómodo»

Es normal sentir cierta timidez al principio, pero la oración en pareja no tiene que ser formal o perfecta. Comenzar con una oración breve y sincera cada día puede hacer que se vuelva algo natural. Respeten los turnos, cada uno debe tener la oportunidad de expresarse ante Dios.

Cuando una pareja ora junta, invitan a Dios a ser el centro de su relación. La oración ayuda a resolver conflictos con amor, trae consuelo en los momentos difíciles y refuerza la unidad en tiempos de prueba.

Mito 2: «Uno de los dos es más espiritual que el otro»

No importa el nivel de conocimiento bíblico de cada uno. La oración no es un examen teológico, sino una conversación con Dios. Él valora la sinceridad, no la elocuencia. No usen la oración para corregirse el uno al otro, sino para edificar y bendecir.

Mito 3: «No tenemos tiempo»

El ritmo de vida puede ser acelerado, pero orar juntos no requiere horas. Unos minutos en la mañana, antes de dormir o incluso por mensaje pueden marcar la diferencia. Encuentren un horario fijo, es una estrategia ganadora. No esperen a «tener tiempo», háganlo parte de su rutina.Se necesitan más que buenas intenciones o un sentido de obligación para superar esta tensión.La persistencia en la oración requiere determinación y dependencia de Dios, junto con un plan.

Mito 4: «Oramos individualmente, no es necesario hacerlo juntos»

Si bien la oración personal es clave, la oración en pareja fortalece el matrimonio. Jesús dijo: «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mateo 18:20). Hoy es un buen día para empezar. Toma la mano de tu pareja y comienzan. Verán que, con el tiempo, este simple acto transformará su relación de maneras que jamás imaginaron.

Mito 5: «No sabemos cómo empezar»

No hay una fórmula perfecta. Simplemente agradezcan a Dios, pidan por su matrimonio y las necesidades del día. Poco a poco, encontrarán su propio ritmo y estilo. Empiecen con oraciones cortas. Al principio, unos minutos son suficientes y el Espíritu Santo los guiará a nuevas oraciones.

Si nunca han orado juntos, hoy es un buen día para empezar. No importa cuán cortas o sencillas sean sus palabras, lo importante es abrir su corazón y permitir que Dios obre en su matrimonio.

“Orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho»
(Santiago 5:16).

La oración es un pilar fundamental en la vida de cualquier creyente, pero cuando se trata del matrimonio, adquiere un poder aún mayor. Es un canal directo con Dios que fortalece la unión, brinda dirección y llena el hogar de paz.

Rompe hoy las barreras que has crecido con el tiempo y separa para orar juntos, porque hay poder de vida en la oración matrimonial.

Cuando nosotros como matrimonios logramos vencer estas barreras nuestras vidas se vieron envueltas en un nuevo nivel de fe y de avance de manera integral, te cuento algunos de los tantas bendiciones que vivimos cada dia:

Beneficios de la oración en pareja

Los une espiritualmente ante Dios

Jesús dijo: “Si dos de ustedes se ponen de acuerdo… acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho” (Mateo 18:19). Orar juntos los ayuda a alinear sus corazones y objetivos, fomentando la unidad. Así como un equipo que trabaja en armonía logra grandes cosas, un matrimonio que ora unido vence cualquier obstáculo.

Fomenta la humildad y la honestidad

Orar en pareja requiere abrir el corazón y reconocer debilidades. Muchas veces el orgullo impide pedir ayuda o admitir errores. La oración rompe esas barreras, como lo muestra la historia del publicano en Lucas 18:9-14, quien con humildad pidió a Dios: “¡Dios, ten misericordia de mí, pecador!”. Cuando te presentas ante Dios con sinceridad, también le muestras a tu pareja un corazón vulnerable y dispuesto a mejorar.

Profundiza la comunicación

La oración en pareja abre una puerta a la comunicación más allá de lo cotidiano. No es lo mismo decirle a tu esposo(a) «tuve un día difícil» que escucharlo(a) pedirle a Dios fuerzas para sobrellevar la situación. La oración revela el corazón y las luchas internas, fortaleciendo el entendimiento mutuo.

Fortalece el compañerismo

El profeta Malaquías recuerda que la esposa es la «compañera y la mujer de pacto» el cual no podemos romper ni traicionar (Mal. 2:14), y la oración refuerza ese vínculo. Al orar juntos, las diferencias se reducen, el respeto crece y la relación se fortalece.

Transforma el matrimonio al transformar a cada uno

La oración cambia corazones. La Biblia dice que «el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…» (Gálatas 5:22-23). Un matrimonio donde ambos reflejan estos frutos será más fuerte y resiliente.

Los cambios son radicales en la vida como esposos, y en el diseño amoroso de Dios esa bendición repercute de manera especial en la vida de cada hijo:

El impacto de la oración en los hijos y la familia

Cuando los padres oran juntos, su hogar se convierte en un reflejo del amor y la presencia de Dios. Esto no solo fortalece su matrimonio, sino que también deja una huella profunda en sus hijos  y en toda la familia. 

Brinda seguridad y estabilidad a los hijos

Los niños que ven a sus padres orar juntos crecen con un sentido de paz y estabilidad. La oración enseña que, sin importar las dificultades, siempre hay un refugio en Dios.

Modela una fe viva y auténtica

Los hijos aprenden más con el ejemplo que con las palabras. Ver a sus padres buscar a Dios les enseña a depender de Él en su propia vida.

Fortalece la unidad familiar

Cuando los padres oran juntos, fomentan un ambiente de amor, perdón y armonía en el hogar, reduciendo conflictos y fortaleciendo los lazos familiares.

Genera bendiciones para futuras generaciones

La oración en pareja crea un legado espiritual que puede impactar a hijos, nietos y más allá. Es una herencia de fe que trasciende el tiempo.

La oración en tu matrimonio es una de las formas más efectivas de fortalecer y edificar la relación a través de los años. Es una tarea diaria que fomenta la responsabilidad conyugal del uno con el otro y guardar el pacto con Dios.

PREPARA TU AGENDA DE ORACIÓN 

Es normal agendar tareas del trabajo, y citas como del médico, peluquería o para encontrarnos con amigos.

Hoy toca normalizar el agendar una cita con Dios, los 3 “DIOS, TU Y YO” hasta que se vuelva lo más natural y primordial el orar juntos.

He preparado un regalo para tu matrimonio, un calendario anual de oración,  descárgalo y úsalo para la gloria de Dios Padre. 

Con amor e intención.

Pra. Gabi Q